En el presente artículo, detallaremos la naturaleza del VAT y el proceso para su tramitación. Aunque es común la confusión entre este número y el NIF, destacaremos las evidentes diferencias que distinguen uno de otro.
El VAT (o VAT number en el resto de Europa) es un identificador fiscal destinado a todas las empresas que realizan operaciones comerciales a nivel europeo, con el propósito de eximir del IVA en sus actividades. Por lo tanto, solo aquellas empresas que planeen interactuar comercialmente con otras organizaciones de la Unión Europea, es decir, que no estén ubicadas en España, pueden solicitarlo.
Esta identificación surge con la implementación del sistema único de pagos en Europa, conocido como SEPA. Este sistema obliga a las empresas a ajustar ciertos procesos en la facturación y cobro de servicios a otras organizaciones del continente. De hecho, una de esas adaptaciones es la obligación de obtener el número de VAT para aquellas empresas con operaciones intracomunitarias.
El nuevo sistema representa una ventaja fiscal para ambas partes, ya que la Unión Europea considera válido no aplicar el impuesto al facturar (en el país de origen) si se registra a través de una fórmula de compensación mediante modelos establecidos en la empresa receptora (en el país de destino).
Previo a la emisión de cualquier factura correspondiente a operaciones intracomunitarias, es esencial verificar que el cliente con el que se está realizando la transacción esté registrado en el Registro de Operadores Intracomunitarios. Este procedimiento ayuda a evitar sorpresas desfavorables.
En todas las facturas dirigidas a algún país de la Unión Europea, es imperativo agregar una indicación que aclare que se trata de una operación exenta de IVA, conforme a la directiva europea.
Al completar el Modelo 349, del cual profundizaremos más adelante, es crucial incluir las compras, ventas y, especialmente, los datos personales del emisor de la factura y el monto facturado. Este modelo se presenta de manera trimestral, aunque si las operaciones superan los 50.000 € en ese período, debe presentarse mensualmente.
Es fundamental tener en cuenta que la Agencia Tributaria procederá a la baja de oficio a aquellos contribuyentes que dejen de declarar este tipo de operaciones intracomunitarias en un período superior a un año.
Es esencial distinguir entre el VAT y el NIF, ya que ambos cumplen la función de identificar a una empresa para llevar a cabo operaciones, pero en contextos muy diferentes. Las empresas o autónomos en España, simplemente por estar registrados como tales, no poseen el VAT. Este otro número debe ser solicitado a la Agencia Tributaria, ya sea de forma presencial o por internet, y se concede en función de ciertos criterios.
En resumen, si tienes la intención de ofrecer servicios a países europeos, necesitarás este número identificativo. Se diferencia del NIF en que este te autoriza a operar en España, mientras que el VAT cumple la misma función, pero más allá de las fronteras de nuestro país.
Si tu empresa busca obtener su número de identificación fiscal europeo, debes dirigirte a la Agencia Tributaria y demostrar la verdadera necesidad del VAT para llevar a cabo tus operaciones. Es decir, un evaluador de Hacienda debe confirmar que tu negocio tiene la intención y la capacidad de facturar en un país de la Unión Europea y, por lo tanto, requiere el VAT según lo establecido por la normativa vigente.
Existen dos situaciones en las que no se otorgará dicha identificación: si realmente no es necesaria o si no se logra demostrar que se realizarán operaciones fuera de España. El proceso de demostración varía en rigurosidad según la Comunidad Autónoma en la que se lleve a cabo y puede incluir los siguientes pasos:
Posteriormente, la Agencia Tributaria analizará el caso en un plazo máximo de quince días, durante el cual el usuario o la empresa recibirá una carta con la decisión tomada por el organismo tributario. En caso de que la solicitud sea denegada, la carta indicará el procedimiento a seguir para impugnar dicha decisión y buscar la posibilidad de ser dado de alta.
Para verificar la autorización de la solicitud del VAT de una empresa, siempre se puede acceder a la página web del VIES, el registro que proporciona información sobre una organización registrada con su VAT. Hay dos casos en los que se puede consultar el estado de la solicitud del VAT de una empresa:
Una vez dado de alta, dependiendo de la facturación de la empresa, se puede solicitar a la Agencia Tributaria la devolución del IVA soportado en el extranjero y, de esta manera, mantener al día toda la contabilidad.
Tras abordar toda la teoría, resulta más ilustrativo examinar un par de ejemplos de cómo se presenta el IVA para beneficiarse de la exención de este impuesto. Una vez que se ha obtenido el número de identificación, la declaración se lleva a cabo mediante el uso de estos tres modelos.
El modelo 303 se utiliza para las declaraciones generales. Su propósito es detallar los montos de las transacciones, y el IVA se declara tanto como repercutido como soportado, logrando así una compensación en la carga fiscal.
Puedes presentarlo electrónicamente a través del sitio web de la Agencia Tributaria o completar el formulario en alguna de sus oficinas.
Si deseas conocer cómo presentarlo, la Agencia Tributaria proporciona un tutorial paso a paso para que puedas tener todo bajo control y no omitir ningún detalle.
El modelo 390 se trata de la declaración anual de todos los montos presentados en el modelo 303.
La Agencia Tributaria pone a disposición un tutorial para aquellos que deseen presentarlo a través de su plataforma en línea.
El modelo 349 es una declaración resumen de los operadores intracomunitarios, tanto clientes como proveedores, que incluye el IVA y el volumen de operaciones.
Hasta este punto, has conocido todo lo necesario sobre el IVA: cómo obtenerlo, cómo incluirlo y qué tipo de documentos debes utilizar para su presentación.
¿Tienes dudas sobre el número VAT? Contacta con el equipo de profesionales de Asesorae y te las resolveremos a la mayor brevedad posible.
