En el año 2007 se implementa la nueva reforma del Plan General Contable, la cual establece la distinción entre provisión y deterioro en el ámbito contable, detallando cuándo debe aplicarse cada uno a nivel contable.
En este artículo, exploraremos todo lo relacionado con la provisión contable.
Una provisión es una cantidad de recursos que la empresa debe mantener reservada y destinar como gasto en caso de surgir una obligación previamente contraída.
Las empresas deben reconocer como provisiones aquellos pasivos que sean indeterminados en cuanto a su importe exacto o la fecha en que se producirán. En términos contables, se registraría como provisión, por ejemplo, una posible compensación que la empresa deba pagar a un cliente si se vendiera un producto defectuoso y aún está pendiente de resolución. Este gasto se contabilizará como un gasto en el ejercicio económico y se reflejará en el balance de situación.
Las provisiones pueden derivar de una disposición legal, contractual o de una obligación implícita o tácita.
Se valúan en la fecha de cierre del ejercicio al valor de la mejor estimación posible del importe necesario para liquidar o transferir la obligación a un tercero.
Considera las siguientes cuentas vinculadas al deterioro:
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