Abordaremos el tema del préstamo entre familiares, analizando su significado, los desafíos legales asociados y la manera de formalizarlo adecuadamente. Si tu intención es llevar a cabo este proceso de manera legal y sin incurrir en infracciones, te invitamos a continuar leyendo.
Este término hace referencia a la circunstancia en la cual dos individuos se otorgan dinero mutuamente sin la intervención de una entidad financiera.
Usualmente, este tipo de préstamo familiar resulta más ventajoso que aquellos gestionados a través de una entidad financiera, principalmente debido a la inexistencia de tasas de interés, las cuales se sitúan en un 0%.
Los requisitos fundamentales que deben cumplirse en los préstamos entre familiares son:
En este tipo de acuerdos de préstamo entre familiares, lo común es que se establezcan de forma gratuita, es decir, con un tipo de interés nulo. Es crucial consignar esta condición en el documento formal, ya que de lo contrario, la Hacienda podría presumir la existencia de un interés asociado al tipo legal del dinero.
El primer paso consiste en documentar la transacción mediante un contrato privado, garantizando así que la deuda quede debidamente registrada. Esta formalidad se convierte en una salvaguarda en caso de impago o disputas con el receptor del préstamo.
No es imprescindible elevar este préstamo familiar a escritura pública; basta con registrarlo y liquidarlo conforme a las disposiciones administrativas.
Sin embargo, es imperativo ejercer extrema precaución con esta figura, dado que la Hacienda podría interpretarlo como una donación encubierta. Analicemos cuál es la diferencia clave.
En el contexto de un préstamo entre familiares, es crucial entender que el dinero prestado deberá ser devuelto, ya sea con o sin intereses, dependiendo del acuerdo establecido.
En contraste, si un familiar decide obsequiarte una suma de dinero, se configuraría como una donación. En este caso, sería necesario formalizar el contrato mediante una elevación a escritura pública y liquidar el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, cuyo monto variará según la Comunidad Autónoma correspondiente.
La Hacienda muestra un considerable interés en verificar este tipo de transacciones, ya que busca identificar aquellas que, bajo la apariencia de préstamos entre familiares, en realidad constituyen donaciones.
Una vez que hayamos formalizado el contrato de préstamo entre familiares, será necesario dirigirse a la Oficina Liquidadora de Hacienda para realizar la liquidación mediante el modelo de transmisiones patrimoniales, conocido como Modelo 600.
Esta operación está sujeta pero exenta, lo que significa que se debe completar el modelo, pero no se efectuará ningún pago asociado a la misma.
En el formulario, se deberá especificar quién es el sujeto pasivo, el presentador y el transmitente. En la sección correspondiente a la operación o acto, se proporcionará una breve explicación sobre el documento a liquidar. Finalmente, en la sección de liquidación, se completará automáticamente al introducir el código de concepto, realizando todos los cálculos y porcentajes necesarios.
Una vez completado, bastará con validar el formulario e imprimirlo para luego dirigirse a la Oficina Liquidadora correspondiente. Se deberán aportar dos copias originales del contrato de préstamo para su liquidación y firma, junto con los documentos de identificación (DNI) de los participantes en el préstamo familiar.
La responsabilidad de la liquidación recae en la persona que recibió el dinero, es decir, el prestatario. Este será el encargado de presentar la documentación en la Delegación correspondiente a su Comunidad Autónoma, teniendo un plazo máximo de 30 días desde la fecha de la firma del contrato de préstamo para realizar la presentación ante Hacienda.
Muchos de los préstamos entre familiares se llevan a cabo entre padres e hijos, especialmente para la compra de la primera vivienda. En este caso, la hipoteca aprobada suele cubrir el 80% del valor de tasación.
En estas situaciones, ya no es posible deducir ni el préstamo familiar ni la hipoteca, ya que, a partir del 1 de enero de 2013, se eliminó la deducción por la adquisición de la vivienda habitual.
En cambio, si acordaras un tipo de interés para el préstamo con el fin de iniciar un negocio, podrías deducir los intereses pagados por ese capital prestado. Sin embargo, es importante recordar que el prestamista también tiene la obligación de declarar en Hacienda dicho interés como rendimientos de capital mobiliario.
¿Tienes dudas sobre los préstamos entre familiares? Contacta con el equipo de profesionales de Asesorae y te las resolveremos a la mayor brevedad posible.