El balance de una empresa constituye una herramienta fundamental que muestra la situación financiera de una entidad en un momento específico. Dentro de este balance, el pasivo corriente adquiere una importancia crucial, dado que representa las obligaciones y deudas que la empresa debe saldar en un período no superior a un año.
Estas responsabilidades a corto plazo, que incluyen desde cuentas por pagar hasta préstamos bancarios de breve duración, ofrecen una visión inmediata de las necesidades financieras y compromisos inminentes de la organización. En el presente artículo, se explorará en detalle el concepto, la estructura y la relevancia del pasivo corriente, proporcionando así una visión integral de su impacto en la gestión y planificación financiera de las empresas.
El pasivo corriente, también denominado pasivo a corto plazo, engloba las deudas y compromisos que una empresa debe saldar en un lapso de un año o menos. Estos pueden abarcar préstamos bancarios, cuentas por pagar, salarios pendientes, impuestos por pagar, entre otros. Fundamentalmente, constituye el monto adeudado por la empresa a terceros y que debe liquidarse en el corto plazo.
El pasivo corriente guarda una estrecha relación con el concepto de activo corriente, el cual comprende el conjunto de bienes y derechos que una empresa posee con un horizonte temporal inferior a un año. De hecho, la diferencia entre el activo corriente y el pasivo corriente da lugar al fondo de maniobra o capital de trabajo, un indicador que refleja la capacidad de la empresa para hacer frente a sus obligaciones a corto plazo.
El pasivo corriente cumple diversos objetivos:
Si bien el pasivo corriente se relaciona con las deudas de corto plazo, el pasivo no corriente, también llamado pasivo a largo plazo, se refiere a las deudas y compromisos que vencen en un plazo superior a un año.
Entre estos compromisos se incluyen hipotecas, bonos emitidos, préstamos a largo plazo, entre otros. La distinción principal radica en el tiempo que la empresa dispone para saldar tales obligaciones.
El pasivo corriente puede ser clasificado de diversas maneras, siendo la más común la categorización basada en el tipo de cuenta. Por consiguiente, se pueden identificar las siguientes cuentas:
El pasivo corriente se determina sumando todos los elementos explicados previamente, es decir:
Pasivo corriente = Deudas financieras a corto plazo + Proveedores y acreedores + Deudas con el personal + Obligaciones fiscales + Deudas por operaciones específicas
Además, el pasivo corriente puede calcularse como la diferencia entre el pasivo total y el pasivo no corriente. Matemáticamente:
Pasivo corriente = Pasivo total – Pasivo no corriente
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