Dentro del ámbito empresarial, es posible que se configure una situación en la cual una empresa tenga deudas pendientes con otra, y viceversa. En otras palabras, ambas compañías podrían actuar como acreedoras y deudoras de manera simultánea y solidaria. A continuación, exploraremos las implicaciones que surgen cuando se presenta este escenario.
El netting se define como una herramienta legal que permite la compensación de saldos deudores con saldos acreedores en transacciones financieras entre empresas o profesionales. En este sentido, se coordina el ajuste de las cantidades que una parte debe abonar a la otra, en estricto cumplimiento de la legislación vigente.
El netting se aplica en empresas que actúan como deudoras y acreedoras, y no contraviene el principio de no compensación en contabilidad. Este mecanismo resulta especialmente útil en relaciones comerciales donde una empresa desempeña el papel tanto de cliente como de proveedor. De esta manera, es posible descontar las deudas originadas por transacciones con estos clientes al realizar un pedido de compra.
NOTA: el netting está relacionado con el principio de no compensación.
La legislación española permite la realización de la compensación, siempre y cuando se cumplan una serie de requisitos establecidos en el artículo 1196 del Código Civil, donde también se especifica cuándo será posible tal compensación:
“Tendrá lugar la compensación cuando dos personas, por derecho propio, sean recíprocamente acreedoras y deudoras la una de la otra”.
Entre los requisitos principales contemplados en la ley se encuentran los siguientes:
En pocas palabras, el netting es posible siempre que ambas partes actúen como acreedor y deudor al mismo tiempo, y las deudas puedan ser cobradas.
En el entorno empresarial, el netting adopta diversas formas, cada una diseñada para satisfacer distintas necesidades y contextos de negocio. A continuación, se detallan las modalidades más usuales de netting empleadas por las empresas.
Se lleva a cabo entre dos empresas que tienen compromisos financieros mutuos. Implica la compensación de deudas y créditos para determinar una cantidad neta única de pago o cobro entre ambas partes. Es común en relaciones comerciales directas, como las establecidas entre proveedores y clientes, donde se realizan transacciones regulares.
Involucra a tres o más entidades que compensan sus deudas y créditos de manera conjunta. Por lo general, un intermediario o un sistema centralizado se encarga de calcular y asignar los montos netos que cada parte debe pagar o recibir. Se utiliza principalmente en grupos empresariales o consorcios donde varias empresas tienen transacciones cruzadas.
Se aplica en situaciones de incumplimiento o terminación anticipada de contratos, especialmente en el mercado de derivados. Calcula la exposición neta en todas las operaciones pendientes entre las partes involucradas. Resulta especialmente relevante en el caso de empresas que participan en operaciones financieras complejas o que poseen múltiples contratos de derivados.
El netting, como instrumento financiero, brinda una serie de beneficios que resulta crucial tener en cuenta:
Al compensar las deudas entre las partes, el netting reduce la exposición al riesgo de crédito, ya que la cantidad total de dinero que debe intercambiarse se disminuye significativamente.
Facilita una gestión más eficiente de la liquidez, permitiendo a las empresas prever con mayor claridad sus necesidades de efectivo al conocer la cantidad neta que deben recibir o pagar.
Al reducir el número de pagos, se minimizan los costes asociados con las transacciones, como las comisiones bancarias y otros gastos administrativos.
El netting simplifica la gestión de múltiples facturas y pagos, lo que puede llevar a una reducción en la carga administrativa y una mayor eficiencia operativa.
Al simplificar las cuentas por pagar y por cobrar entre las empresas, puede contribuir a mejorar las relaciones comerciales al eliminar posibles puntos de fricción.
Sin embargo, el netting también presenta algunos inconvenientes:
La implementación del netting puede ser compleja, especialmente al considerar las diferentes jurisdicciones y regulaciones legales que pueden afectar las transacciones internacionales.
Si una de las partes no cumple con su parte del acuerdo, esto puede afectar la eficacia del netting, dejando a la otra parte expuesta a pérdidas financieras.
Limitaciones: no todas las deudas son aptas para el netting. Restricciones en cuanto a la naturaleza y tipo de deuda pueden limitar la aplicabilidad de esta herramienta en ciertas situaciones.
Desde un punto de vista contable, el netting puede complicar la representación precisa de las posiciones financieras de una empresa, especialmente en el contexto del principio de no compensación.
El netting requiere que todas las partes estén de acuerdo con los términos y condiciones, lo que a veces puede ser difícil de lograr, especialmente en relaciones comerciales más complejas o tensas.
Relacionado con sistemas de control que son ineficientes, y que podrían conducir a una pérdida de trazabilidad en los pagos.
En la actualidad, la normativa vigente en España establece la limitación de pagos en efectivo, sancionando aquellos que superen los 1.000 euros.
No obstante, el netting se presenta como una herramienta sumamente útil para evitar complicaciones en la colaboración entre empresas, especialmente cuando estas desempeñan roles de proveedoras e importadoras de bienes y servicios.
Como hemos señalado, esta herramienta se ve afectada por algunas limitaciones de la Agencia Tributaria. En situaciones donde se emplea el netting en operaciones comerciales que no permiten desglosar los importes hasta que se cumplan las fechas establecidas en el contrato y se liquide el saldo restante, el importe a pagar por la empresa deudora corresponderá a la liquidación del saldo vinculado a la cuenta corriente. Sin embargo, el principal problema al realizar un pago efectivo radica en la regulación y limitación existente en la actualidad.
Los contratos derivados del uso del netting también enfrentan este riesgo, ya que exigen que el agente económico transfiera y asuma los riesgos simultáneamente. Además, la relación contractual resulta ser delicada al estar relacionada con aspectos crediticios, de mercado, operativos y legales.
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