El modelo de Miller-Orr como clave para la liquidez empresarial
October 17, 2024
En cualquier empresa, la gestión del flujo de efectivo se ha convertido en una tarea esencial que aporta un gran valor a las organizaciones. Los departamentos de tesorería se enfrentan a desafíos constantes que requieren respuestas rápidas y eficaces.
En este contexto, existen diversos enfoques de gestión de tesorería que pueden contribuir a esta labor. Uno de ellos es el modelo de Miller-Orr, el cual ha demostrado ser una herramienta valiosa para administrar la liquidez de manera eficiente.
A continuación, detallamos en qué consiste y cuál es su utilidad.
¿Qué es el modelo de Miller-Orr?
El modelo de Miller-Orr fue concebido en 1966 por Merton Miller y Daniel Orr como una solución a la necesidad de gestionar de manera eficaz los saldos de efectivo en las empresas. Se trata de un modelo estocástico que persigue la determinación de los niveles óptimos de efectivo que una empresa debe mantener en función de determinados parámetros.
Este enfoque representa una mejora con respecto al modelo de Baumol y Tobin y se basa en tres niveles de saldos de efectivo: el nivel de saldo mínimo, el nivel de devolución y el nivel máximo. Su principal objetivo radica en mantener el saldo de efectivo dentro de estos límites, garantizando así que la empresa disponga de la liquidez suficiente para cumplir con sus obligaciones y, al mismo tiempo, reducir al mínimo los costes asociados al mantenimiento de excesos de efectivo.
Este modelo de gestión de tesorería no solo ofrece una visión cuantitativa sobre cómo administrar los saldos de efectivo, sino que también proporciona un marco estratégico para abordar la gestión del efectivo en un entorno empresarial. Algunas de sus aplicaciones clave incluyen:
Optimización de los saldos de efectivo: el mantenimiento inadecuado de los saldos en efectivo puede generar costos significativos para las empresas. Si una organización tiene un exceso de efectivo, podría perder oportunidades de inversión potencialmente rentables. Si cuenta con un efectivo insuficiente, podría enfrentarse a diversos costos, especialmente en términos de obtener financiamiento a tasas de interés favorables. El modelo de Miller-Orr ayuda a las empresas a encontrar un equilibrio, garantizando que mantengan el nivel óptimo de efectivo.
Control de las fluctuaciones: en cualquier empresa, los flujos de efectivo no son constantes. Existen días con entradas de efectivo elevadas y otros con salidas importantes. Estas fluctuaciones pueden deberse a ciclos de negocios, patrones estacionales o eventos inesperados, entre otros factores. El modelo de Miller-Orr permite a las empresas anticipar y adaptarse a estas fluctuaciones, asegurando la disponibilidad de efectivo cuando sea necesario.
Reducción de costos: cada vez que una empresa desea convertir inversiones en efectivo o financiarse para mantener su liquidez, incurre en costos de transacción. Estos costos pueden acumularse y afectar la rentabilidad de la empresa. A través del modelo de Miller-Orr, las empresas pueden minimizar estos costos al identificar cuándo y cómo deben llevarse a cabo estas transacciones.
Estrategia financiera: al tener un mejor control sobre los saldos de efectivo, las empresas pueden tomar decisiones financieras más fundamentadas. Ya sea que estén considerando nuevas inversiones, expansiones o la gestión de deudas, una eficiente gestión del efectivo les proporciona una base sólida desde la cual operar.
Objetivos del modelo de Miller-Orr
La implementación del modelo de Miller-Orr persigue objetivos específicos destinados a mejorar la salud financiera y operativa de una empresa. Estos objetivos se describen de la siguiente manera:
Minimizar costos: mantener efectivo conlleva costos directos, como tarifas bancarias y costos de transacción, así como costos de oportunidad derivados de no invertir el efectivo en opciones más rentables. El modelo busca reducir estos costos al identificar el punto óptimo de saldos de efectivo.
Garantizar la liquidez: la liquidez es esencial para cualquier empresa. Sin un nivel adecuado de efectivo disponible, una empresa podría enfrentar desafíos operativos, como la imposibilidad de pagar a proveedores o cumplir con obligaciones de deuda a corto plazo. El modelo de Miller-Orr asegura que se mantenga un nivel de efectivo adecuado para satisfacer estas necesidades.
Adaptabilidad: las condiciones del mercado, las operaciones comerciales y otros factores externos cambian constantemente. Un modelo eficaz de gestión de efectivo debe ser capaz de adaptarse a estos cambios. El modelo de Miller-Orr ofrece esta flexibilidad al permitir ajustes en los niveles de efectivo basados en parámetros preestablecidos.
Eficiencia operativa: tener una visión clara de los saldos de efectivo y su evolución permite a las empresas planificar mejor sus operaciones diarias. Ya sea para la planificación de compras, inversiones a corto plazo o simplemente para gestionar el flujo de efectivo diario, una gestión eficiente del efectivo basada en el modelo de Miller-Orr puede mejorar la eficiencia operativa.
En última instancia, el modelo de Miller-Orr tiene como propósito proporcionar a las empresas una herramienta que les permita operar de manera más eficiente y rentable, asegurando que cuenten con el efectivo necesario para operar mientras minimizan los costos asociados.
Fórmula del modelo de Miller-Orr
La ecuación que gobierna el modelo Miller-Orr se deriva de la comparación entre los costos de transacción y los costos de oportunidad. Se formula de la siguiente manera:
Siendo:
H: diferencia entre el nivel máximo y el nivel mínimo de saldo de efectivo.
B: variabilidad de los flujos de efectivo (desviación estándar de los cambios netos diarios en el saldo de efectivo).
C: coste fijo de una transacción de valores o de un préstamo.
i: tipo de interés de oportunidad de mantener efectivo, expresada en términos diarios.
Fuente: Quipu
¿Tienes dudas sobre el modelo de Miller-Orr? Contacta con el equipo de profesionales de Asesorae y te las resolveremos a la mayor brevedad posible.