Los ingresos pasivos son el gran objetivo de mucha gente, ya que no hay que trabajar de forma constante para obtenerlos.
Esta modalidad de rentas es muy común entre autónomos, puesto que pueden desarrollar modelos de negocio que producen dinero “en segundo plano”.
Independientemente del tipo de actividad, generar dinero de esa manera conlleva obligaciones fiscales que han de considerarse para evitar caer en alguna sanción.
Para guiarte, a continuación te explicaremos detalladamente en qué consiste esta modalidad de ingresos y cómo hay que declararlos siendo trabajador por cuenta propia.
Se trata de los beneficios económicos que acarrean muy poca o ninguna dedicación de tiempo y esfuerzo de quien los recibe, siendo una gran ventaja en comparación con las ganancias activas o comunes.
Generalmente, los ingresos pasivos necesitan una inversión inicial para conseguir el activo con el que se producirá el flujo de dinero.
Tras el primer paso, las retribuciones se obtienen casi automáticamente y sin grandes implicaciones de atención, mantenimiento o reinversión.
Entre las alternativas más habituales para generar ganancias pasivas se encuentran las siguientes:
Son el ejemplo de ingresos pasivos más típico. El beneficio es la renta mensual recibida por alquilar algún bien o inmueble.
En bolsa, acciones o a través de depósitos bancarios. Sea como fuere, quien destina una cantidad de dinero que, pasado un tiempo y sin ningún trabajo extra, produce ganancias en forma de dividendos o intereses.
Se generan al crear productos digitales como ebooks, cursos, programas o aplicaciones, que tras publicados en plataformas online producen retribuciones habituales o esporádicas.
Los propietarios de blogs, canales de YouTube o sitios web contactan con empresas o marcas para promocionar productos o servicios y, a cambio, reciben una comisión por cada venta realizada o ganancias por la publicidad mostrada.
Son movimientos de compra-venta en los que el ingreso se obtiene con los cambios en el mercado de criptoactivos y transacciones puntuales que son favorables.
Los ingresos pasivos tienen que declararse ante Hacienda como cualquier otra actividad económica por cuenta propia que produzca recompensa monetaria.
De este modo, quien haga vida en algunas de las opciones mencionadas o en cualquier otra semejante tendrá que cumplir con los trámites siguientes:
Tras las gestiones pertinentes, la declaración de impuestos por ingresos pasivos estará sujeta a las siguientes condiciones:
Visto lo visto, los ingresos pasivos son una ganancia secundaria que acarrea un compromiso tributario.
A grandes rasgos, el protocolo incluye ciertos trámites empleados en las gestiones de autónomos con ingresos activos, pero con determinados matices que pueden causar confusión.
Así las cosas, siempre es buena idea contar con un servicio de asesoría online para autónomos que permita disfrutar de los beneficios sin dejar de cumplir con las obligaciones legales.
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