¿Conocías que no es necesario aguardar siempre a que un cliente efectúe el pago para recibir el importe que figura en la factura? Aunque pueda parecer misterioso, en el ámbito de los autónomos y las empresas, la magia no existe, pero sí los servicios, los intermediarios y los créditos.
En esa misma línea se encuentra el concepto del factoring de facturas, también conocido como facturas factorizadas. ¿Deseas saber qué es exactamente?, ¿Cuáles son sus ventajas y desventajas?, ¿Cómo funciona? Pues no esperes más, ¡continúa leyendo!
En primer lugar, examinemos qué implica la factorización de una factura o qué significa en realidad. Se trata de un proceso mediante el cual se obtiene un anticipo de entre el 70% y casi el 100% del valor de la factura en el momento de su emisión, recibiendo el resto en una fecha posterior, a excepción de un pequeño porcentaje que va destinado a la empresa intermediaria.
Este sistema permite reducir el tiempo de espera para recibir el importe facturado y resulta especialmente interesante para aquellos clientes que pagan a plazos mensuales. En ocasiones, las facturas factorizadas se convierten en la única opción para disponer de liquidez antes de la fecha estipulada en las facturas.
Como habrás podido deducir, la factorización de una factura es en realidad una forma de financiación. Se contrata a una empresa que se encarga de adelantar el importe que el cliente aún no ha abonado, entregando el resto una vez que el cliente haya pagado la factura en su totalidad.
El profesional o empresa obtiene la cantidad monetaria desde el primer momento. No obstante, debe abonar entre un 1% y un 4% a la agencia que ha ofrecido el servicio de factoring. Esta cantidad representa una especie de comisión o interés que se cobra por proporcionar dicha liquidez.
Es relevante mencionar que la factorización puede ser "con recurso", lo que significa que la entidad contratada no asume el riesgo de impago, y este recae en la empresa que solicita el servicio de factoring. Por otro lado, también puede ser "sin recurso", en cuyo caso la entidad asume toda la gestión y el riesgo de insolvencia de los clientes.
Al analizar el proceso y sus beneficios, resulta bastante sencillo determinar cuáles son los pros del factoring de facturas:
Así como una moneda tiene dos caras, la factorización de facturas también conlleva ciertas contras:
Para poder hacer uso de las facturas factorizadas, es necesario cumplir con los requisitos habituales de cualquier factura, aunque se debe hacer especial hincapié en los siguientes aspectos:
La factorización de facturas se puede aplicar prácticamente en cualquier sector y tipo de negocio, ya sea B2C o B2B. Si tenemos que destacar aquellos sectores donde más se emplea este procedimiento, sin duda serían los siguientes:
¿Tienes dudas sobre factorizar facturas? Contacta con el equipo de profesionales de Asesorae y te las resolveremos a la mayor brevedad posible.