Dentro del ámbito de las finanzas y la contabilidad, se encuentran varias herramientas que asisten a las empresas en el mantenimiento de un flujo de caja saludable y en la eficiente gestión de sus cuentas por cobrar. Una de estas herramientas es el factoring, un instrumento que contribuye a generar la liquidez que cualquier negocio requiere en su día a día.
No obstante, ¿qué es exactamente el factoring, cuál es su propósito y cómo opera? En este artículo, ahondaremos en estos aspectos de manera detallada.
El factoring, también conocido como factoraje, es una herramienta financiera que brinda la posibilidad a las empresas de vender sus facturas pendientes de cobro a una entidad de factoring (o factor) a cambio de un pago inmediato. Gracias a este proceso, las empresas pueden obtener liquidez de manera rápida y eficiente, sin tener que esperar a que sus clientes paguen las facturas.
Esta opción está siendo cada vez más utilizada por las empresas para financiar su capital circulante. De hecho, de acuerdo con datos proporcionados por la Asociación Española de Factoring, durante un período determinado, las empresas cedieron un volumen total de 127.631 millones de euros en facturas comerciales mediante factoring, lo que representa un crecimiento cercano al 29% en comparación con el año 2021.
Se trata de un concepto relacionado con el confirming. Sea como fuere, en este artículo te explicamos las principales diferencias entre el confirming y el factoring.
El factoring ofrece múltiples beneficios a las empresas. En primer lugar, les proporciona una manera rápida y eficiente de obtener liquidez. Esto resulta especialmente valioso para aquellas empresas con ciclos de cobro prolongados o que enfrentan clientes que suelen pagar tarde. Al anticipar el cobro de sus facturas, disponen de mayor liquidez para financiar sus operaciones diarias.
Además, el factoring puede ayudar a las empresas a gestionar el riesgo crediticio. Cuando una empresa vende sus facturas a un factor, existe una modalidad conocida como factoring sin recurso, en la cual el factor asume la responsabilidad en caso de que el cliente no pague. Esta opción es particularmente útil para aquellas empresas que trabajan con clientes que tienen un historial crediticio más inestable.
En el ámbito del factoring, se encuentran diversos tipos, cada uno con características y beneficios propios. Aquí presentamos algunos de los más comunes:
El proceso de factoring generalmente involucra los siguientes pasos:
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