El IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido) es un impuesto recaudado por los gobiernos sobre el valor añadido a productos y servicios. Entender el IVA soportado y el IVA repercutido es importante tanto para particulares como para empresas para garantizar el cumplimiento de los requisitos fiscales.
El IVA soportado puede considerarse como el IVA que pagan las empresas cuando adquieren bienes y servicios de otras empresas. Se aplica a los bienes y servicios adquiridos a otras empresas tanto en España como en la Unión Europea. El importe del IVA soportado que paga una empresa es el tipo de IVA del país al que compra, por lo que puede haber ligeras discrepancias entre países y entre distintos bienes y servicios.
Cuando las compras de una empresa alcanzan un determinado valor, deben declarar su IVA soportado a la autoridad tributaria nacional pertinente. Esto se suele hacer rellenando un informe de IVA soportado trimestral o anualmente.
Para los particulares, el IVA soportado afecta a sus decisiones de compra, ya que deben asumir los costes adicionales del IVA que están pagando.
Por otro lado, el IVA repercutido es el IVA que cobra una empresa por los bienes y servicios que vende en España y en la Unión Europea. Es el importe del IVA incluido en los precios de los bienes y servicios que la empresa vende, y se hace constar explícitamente en los recibos de venta.
A diferencia del IVA soportado, el IVA Repercutido debe ser declarado y recaudado por la propia empresa. Esto también se hace trimestral o anualmente, y el IVA Repercutido debe ser declarado a la autoridad fiscal correspondiente.
Una vez que una empresa ha declarado, tanto el IVA soportado como el IVA repercutido, la autoridad fiscal utiliza la diferencia entre los dos para calcular la cantidad de IVA adeudado, o la cantidad de IVA que la empresa debe pagar. Se calcula restando el IVA soportado del IVA repercutido.
Por ejemplo, si una empresa ha pagado 200 euros de IVA soportado y ha cobrado 1000 euros de IVA repercutido, el importe del IVA adeudado es de 800 euros. Por otra parte, si el IVA soportado es superior al IVA repercutido, la Administración tributaria devuelve la diferencia a la empresa.
En resumen, el IVA soportado es el IVA que paga una empresa cuando adquiere bienes y servicios de otra, mientras que el IVA repercutido es el IVA que recauda la empresa por sus ventas. Una vez declarados ambos importes a la autoridad tributaria, la diferencia entre ellos se utiliza para calcular el importe del IVA adeudado, que la empresa debe entonces pagar.
Para los particulares, es importante conocer el IVA soportado y el IVA repercutido para asegurarse de que están pagando el importe correcto del IVA sobre los bienes y servicios que adquieren. También es importante conocer las diferencias reembolsables para ahorrar dinero en las compras. Conocer esta información ayuda tanto a particulares como a empresas a cumplir con los requisitos fiscales y, al mismo tiempo, evitar pérdidas financieras significativas.
