En el ámbito empresarial, la contabilidad y la tesorería son dos conceptos fundamentales que desempeñan roles distintos, pero complementarios, en la gestión financiera de cualquier compañía. A menudo se utilizan de forma intercambiable o se confunden, pero es esencial comprender las diferencias entre ambos términos y cómo contribuyen de manera única al funcionamiento y la toma de decisiones financieras de una organización.
En este artículo, examinaremos en profundidad las principales diferencias entre la contabilidad y la tesorería, analizando sus definiciones, funciones y responsabilidades, así como las principales disparidades que existen entre ambas disciplinas. Con esta información, obtendremos una visión clara de cómo estas áreas trabajan en conjunto para garantizar la estabilidad financiera y el crecimiento de una empresa.
La contabilidad es una disciplina esencial para el correcto funcionamiento de cualquier empresa. De hecho, a nivel económico y financiero, se puede afirmar que es la principal. Su función es registrar, clasificar, analizar e interpretar las transacciones financieras de una organización. El objetivo principal de la contabilidad es proporcionar información precisa y confiable sobre la situación económica de la empresa, así como su rendimiento y flujo de efectivo.
La contabilidad se fundamenta en principios y normas establecidos, como los Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados (PCGA), que a nivel nacional en España se concretan mediante el Plan General Contable. A través de la contabilidad, se generan estados financieros como el balance general, el estado de resultados y el estado de flujo de efectivo, los cuales ofrecen una visión clara de la situación financiera de la empresa.
La tesorería, por su parte, representa una función específica dentro de una empresa que se dedica a gestionar el dinero y los activos financieros de la organización. Su objetivo principal es administrar el flujo de caja de la empresa para asegurar que haya suficiente liquidez y cubrir las necesidades operativas y financieras.
La tesorería se encarga de todo lo relacionado con la liquidez del negocio, como la gestión de los activos y pasivos financieros, la proyección y planificación del flujo de caja, la gestión de riesgos financieros, la negociación con bancos y entidades financieras, y la optimización de los recursos financieros de la empresa, entre otras responsabilidades.
Como hemos podido observar, la contabilidad y la tesorería son disciplinas que, aunque comparten algunas características, presentan diferencias bastante significativas. A continuación, repasaremos algunas de las disparidades más relevantes.
La primera diferencia entre la contabilidad y la tesorería radica en su alcance. La contabilidad tiene un enfoque más amplio y abarca todas las transacciones financieras de la empresa, incluyendo el registro y análisis de todas las operaciones contables. Su objetivo es proporcionar una imagen precisa de la situación financiera de la empresa en su conjunto.
Por su parte, la tesorería se centra específicamente en la gestión del flujo de efectivo y los activos financieros. Su objetivo principal es asegurarse de que la empresa tenga suficiente liquidez para cumplir con sus obligaciones financieras a corto plazo.
La segunda diferencia entre ambas disciplinas radica en las responsabilidades de uno y otro departamento. Por un lado, la contabilidad es responsabilidad del departamento de contabilidad o del contable de la empresa. Sus funciones incluyen el registro de transacciones, la elaboración de estados financieros, el análisis de la información contable y la presentación de informes a la dirección y a terceros interesados.
Por otro lado, la tesorería es responsabilidad del departamento de tesorería o del tesorero de la empresa. Sus funciones incluyen la gestión del flujo de efectivo, la administración de los activos financieros, la negociación con bancos y la planificación financiera.
La contabilidad se ocupa de transacciones pasadas, presentes y futuras. Dado que la vocación de la empresa es continuar su actividad a largo plazo, su objetivo es proporcionar una imagen precisa y detallada de todas las operaciones financieras de la empresa en un período determinado, lo que incluye registrar y analizar las transacciones históricas y proyectar los resultados futuros.
Por su parte, la tesorería se centra en la gestión del flujo de efectivo en un horizonte temporal que generalmente es a corto plazo. Su objetivo principal es garantizar que la empresa tenga suficiente liquidez para cumplir con sus obligaciones financieras inmediatas, como el pago de proveedores, empleados y otras obligaciones a corto plazo.
La contabilidad genera información financiera en forma de estados financieros como el balance general, el estado de pérdidas y ganancias y el estado de flujo de efectivo. Estos informes brindan una visión clara de la situación económica y financiera de la empresa, permitiendo evaluar su rendimiento y tomar decisiones estratégicas.
La tesorería, en cambio, genera informes relacionados con el flujo de caja, las proyecciones de liquidez y los riesgos financieros. Estos informes son fundamentales para la toma de decisiones a corto plazo y para garantizar la estabilidad financiera de la empresa.
La contabilidad abarca todos los aspectos financieros de la empresa, tanto internos como externos. Registra y analiza las transacciones relacionadas con ingresos, gastos, activos, pasivos y patrimonio neto. Además, la contabilidad debe cumplir con los principios y normas establecidas y está muy regulada en la mayoría de legislaciones a nivel mundial.
La tesorería, en cambio, es un departamento que abarca únicamente la gestión del activo y el pasivo corriente, que son los que tienen un período de maduración inferior al año.
La contabilidad tiene como objetivo principal proporcionar información precisa y confiable sobre la situación económica de la empresa, tanto a nivel interno como a nivel externo. Esta información es utilizada tanto por la dirección de la empresa como por terceros interesados, como inversores, accionistas y entidades reguladoras.
Por su parte, la tesorería se enfoca en la gestión del flujo de caja y los activos financieros para asegurar la liquidez de la empresa, y generalmente es un departamento interno. Su objetivo es garantizar que la empresa tenga suficiente dinero en efectivo para cubrir sus obligaciones financieras a corto plazo y para aprovechar oportunidades de inversión.
La contabilidad tiene una relación indirecta con los bancos y entidades financieras. Proporciona información financiera a estos organismos como parte de los requisitos de presentación de informes y auditorías.
En cambio, la tesorería tiene una relación más directa con los bancos y entidades financieras. Se encarga de la gestión de las cuentas bancarias, las inversiones, los préstamos y las líneas de crédito de la empresa. La tesorería negocia con los bancos para obtener las mejores condiciones financieras y garantizar la disponibilidad de los recursos necesarios para el funcionamiento de la empresa.
Otra de las diferencias entre la contabilidad y la tesorería es la procedencia de la información. En general, las fuentes de las que la contabilidad recoge los datos provienen de varios departamentos, como el logístico, recursos humanos y, por supuesto, del departamento financiero. En cambio, en el caso de la tesorería, su información procede de la propia contabilidad, aunque también de los bancos y otras entidades financieras.
En general, para el uso y el análisis de la información financiera, tanto la tesorería como la contabilidad utilizan software dedicados, como el software de tesorería o los ERPs. Cada uno de ellos ofrece diferentes funcionalidades, dependiendo de las necesidades de cada empresa.
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