Si estás empezando tu negocio, lo más habitual es registrarte como autónomo.
Pero seguro que has oído hablar de otros emprendedores que, con el tiempo, deciden convertir su actividad en una Sociedad Limitada (SL). ¿Por qué lo hacen? ¿Qué beneficios tiene este cambio?
Si te rondan estas dudas, en este artículo te explicamos en qué casos puede interesarte dar el salto de autónomo a SL y qué implicaciones tiene para ti y para tu negocio.
Dar el salto de autónomo a Sociedad Limitada es una decisión importante que puede generar muchas dudas. Sin embargo, hay ciertos indicadores que pueden ayudarte a saber si ha llegado el momento de dar el paso. Toma nota:
Si te identificas con alguno de estos casos, puede ser un buen momento para dar el salto a Sociedad Limitada.
Ahora bien, ¿cómo hacerlo? No te preocupes, a continuación te explicamos paso a paso cómo convertirte en SL de forma sencilla.
Si después de todo lo que hemos hablado te ha quedado claro que es el momento de dar el salto de autónomo a SL, aquí te contamos los pasos que debes seguir para constituir tu Sociedad Limitada de manera sencilla.
El primer paso es notificar a la Seguridad Social que vas a dejar de ser autónomo para convertirte en una SL. Para ello, tendrás que utilizar el modelo TA.0521/1.
Asegúrate de tener tu certificado electrónico activo para hacerlo todo de manera online desde casa, aunque también puedes acudir a las oficinas de la Seguridad Social si lo prefieres.
Una vez hayas informado a la Seguridad Social, el siguiente paso es crear legalmente tu Sociedad Limitada. Para hacerlo, tendrás que:
El último paso es presentar el modelo 036 en Hacienda, que es el documento que utilizarás para informarles de que empiezas a operar como Sociedad Limitada. Seguro que ya lo conoces, ya que lo usaste cuando te registraste como autónomo.
Ahora que sabes cuándo y cómo dar el salto de autónomo a SL, seguro que te preguntas, ¿qué beneficios tiene este cambio? Aquí te contamos las principales ventajas:
Una de las principales ventajas de pasar de autónomo a SL es la reducción de la carga fiscal. Como ya hemos comentado, el Impuesto de Sociedades suele ser del 25 %, mucho más bajo que el IRPF que pagarías como autónomo, que puede llegar hasta un 47 %. Esto significa que, al crear una SL, tu empresa pagará menos impuestos y tendrás más margen para reinvertir.
Como autónomo, si tu negocio tiene problemas y acumulas deudas, corres el riesgo de que afecten a tu patrimonio personal, como tu casa, coche o ahorros. En cambio, al constituir una SL, las deudas quedan limitadas al patrimonio de la empresa, lo que te permite proteger tus bienes personales. Esta tranquilidad es un gran alivio si te enfrentas a momentos complicados.
Las empresas grandes y clientes importantes suelen confiar más en las Sociedades Limitadas que en los autónomos. Esto puede abrirte nuevas puertas y oportunidades para hacer crecer tu negocio, al poder ofrecer una imagen más sólida y profesional.
Ahora que conoces todas las ventajas de convertirte en SL, ¿tienes alguna pregunta más?
Si te queda alguna duda, no dudes en ponerte en contacto con Asesorae. Nuestro equipo de asesores expertos estará encantado de ayudarte en todo el proceso.