La contabilidad de una empresa desempeña un papel fundamental en asegurar una buena salud financiera.
De hecho, comprender el funcionamiento de todos los procedimientos es el primer paso para tomar decisiones informadas.
Por esta razón, registrar la venta de un activo fijo es parte de los cálculos necesarios para evaluar con precisión el rendimiento del negocio.
A continuación te explicamos todo sobre este concepto y cómo se realiza su contabilización paso a paso.
Dentro del ámbito contable, el término "inmovilizado" se refiere a aquellos activos que una empresa adquiere con la intención de utilizarlos de manera continua en su negocio.
Estos activos no están destinados a ser vendidos de forma inmediata, sino que se mantienen durante un período prolongado para generar ingresos y beneficios.
El inmovilizado puede abarcar elementos tangibles (como terrenos, edificios, maquinaria y vehículos) e intangibles (como patentes, derechos de autor y marcas comerciales).
Debido a sus características, se clasifica como un activo no corriente en el balance general de la empresa.
No obstante, es importante resaltar que la venta de un inmovilizado puede tener implicaciones fiscales adicionales, como los impuestos sobre las ganancias de capital.
En el ámbito contable y financiero en España, hay diversos tipos de inmovilizados que una empresa puede poseer, cada uno con sus características y requisitos contables específicos:
Engloba activos tangibles como terrenos, edificios, maquinaria, vehículos, mobiliario y equipo. Estos activos suelen depreciarse a lo largo de su vida útil y se registran en el balance general.
Comprende activos no físicos, como patentes, marcas comerciales, derechos de autor y software. Estos activos se amortizan durante su uso y se inscriben en el balance general.
Se refiere a propiedades de inversión, como terrenos o edificios, que se mantienen con el objetivo de obtener ingresos por alquiler o ganancias de capital a largo plazo. Estas inversiones se registran en el balance general y se valoran teniendo en cuenta su coste histórico o valor razonable.
Incluye activos financieros a largo plazo, como acciones y bonos emitidos por otras empresas. Estos activos se registran en el balance general y se valoran según su precio o valor.
La venta de un inmovilizado conlleva transferir la propiedad del activo a otra entidad o individuo a cambio de un precio acordado.
El proceso de contabilización de esta venta sigue un procedimiento específico que asegura que la transacción quede registrada correctamente en los libros contables de la empresa.
A continuación, se detallan los pasos a seguir para contabilizar la venta de un inmovilizado.
Antes de proceder al registro de la venta, es fundamental determinar el valor contable del activo.
Para ello, se debe restar la depreciación acumulada del precio original del inmovilizado, es decir, calcular la disminución del valor del activo a lo largo de su vida útil.
La disparidad entre el precio de venta y el valor contable del inmovilizado determinará si se ha generado una ganancia o una pérdida en la transacción.
Si el precio de venta es mayor que el valor contable, se registrará una ganancia.
En cambio, si el precio es inferior, se contabilizará como una pérdida.
La venta del inmovilizado se contabiliza en el libro de contabilidad a través de una entrada de diario.
Asimismo, se registra la ganancia o pérdida en una cuenta específica, tal como "ganancias por venta de inmovilizado" o "pérdidas por venta de inmovilizado".
¿Tienes dudas sobre cómo contabilizar la venta de un inmovilizado? Contacta con el equipo de profesionales de Asesorae y te las resolveremos a la mayor brevedad posible.