En el curso de sus operaciones, todas las empresas enfrentan la posibilidad de incurrir en multas y sanciones debido al incumplimiento de normativas y regulaciones. Este escenario es particularmente común en aquellas empresas sujetas a una amplia gama de regulaciones, que a menudo resultan difíciles de cumplir.
Independientemente de las circunstancias, es imperativo contabilizar adecuadamente estas multas en el balance, ya que representan un gasto del ejercicio, al igual que otras partidas contables.
A continuación, se abordará el tratamiento contable de las multas y otras sanciones administrativas por parte de las empresas.
¿Cuáles son las multas más importantes en una empresa?
En el ámbito empresarial, las multas pueden variar considerablemente según la industria, el país y la normativa específica aplicable. No obstante, existen algunas categorías de multas que suelen ser destacadas y comunes en numerosos entornos empresariales. Entre las más significativas se encuentran:
Multas por incumplimiento normativo: estas sanciones se imponen cuando las empresas no cumplen con las regulaciones específicas de su sector, tales como las normativas de seguridad, medioambientales, financieras o de salud. Por ejemplo, en sectores como el farmacéutico o el financiero, el incumplimiento de las regulaciones puede resultar en multas considerables.
Multas por infracciones laborales: abarcan sanciones relacionadas con la seguridad laboral, el incumplimiento de los derechos de los trabajadores, como los horarios, los salarios o las condiciones laborales inadecuadas.
Multas por violaciones de datos y privacidad: con el aumento de la regulación en torno a la protección de datos personales (como el GDPR en Europa), las empresas pueden enfrentar multas severas por no proteger adecuadamente los datos de los clientes o por no cumplir con los estándares de privacidad.
Multas fiscales: se aplican cuando las empresas no cumplen con sus obligaciones tributarias ante las autoridades públicas, principalmente ante la Agencia Tributaria. Esto puede incluir la declaración incorrecta de ingresos, el retraso en el pago de impuestos o la evasión fiscal.
Multas por prácticas comerciales desleales o anticompetitivas: engloban acciones como la manipulación de mercado, el abuso de posición dominante o la participación en carteles, todas las cuales pueden acarrear multas sustanciales.
Multas medioambientales: las empresas que incumplen las regulaciones ambientales, como la emisión de contaminantes por encima de los límites permitidos o el manejo inadecuado de residuos tóxicos, pueden enfrentarse a multas importantes.
Implicaciones fiscales de las multas en España
De acuerdo con lo establecido en el artículo 15 de la Ley 27/2014, de 27 de noviembre, del Impuesto sobre Sociedades, las multas y sanciones penales y administrativas, así como los recargos del período ejecutivo y el recargo por declaración extemporánea sin requerimiento previo, no podrán ser considerados como gastos deducibles.
Es decir, a pesar de que contablemente las multas y otras sanciones administrativas se clasifican como gastos de la actividad, no tendrán efecto para reducir la base imponible del impuesto de sociedades. Sin embargo, el importe de estas multas deberá ser declarado en la casilla 1815 del modelo 200 correspondiente al Impuesto de Sociedades.
Cuentas contables relacionadas con la contabilización del mobiliario
Existen diversas cuentas contables relacionadas con la contabilización de las multas. Las más relevantes son las siguientes:
678 – Gastos excepcionales: esta cuenta registra las pérdidas o gastos excepcionales que, por su naturaleza, no deben contabilizarse en otras cuentas del grupo 6 del Plan General Contable. Incluye gastos como los generados por inundaciones, incendios, así como sanciones administrativas y multas.
475 – Hacienda Pública, acreedora por conceptos fiscales: se utiliza para contabilizar el importe de tributos pendientes de pago a favor de las Administraciones Públicas en caso de sanciones tributarias. Esto abarca organismos públicos como Ayuntamientos, corporaciones locales, Comunidades Autónomas, etc.
57 – Cuenta de tesorería: generalmente a través de cuentas bancarias (572), desde donde se obtienen los fondos para abonar las multas.
Las multas y otras sanciones administrativas no se registran en la cuenta 631: Tributos, dado que estas sanciones no se consideran impuestos.
Si tienes dudas sobre cómo contabilizar multas, contacta con el equipo de profesionales de Asesorae y te las resolveremos a la mayor brevedad posible.
