El activo circulante es una de las categorías principales del activo de una empresa. Es un indicador crucial, ya que muestra la capacidad de una empresa para generar liquidez y cumplir con sus compromisos a corto plazo.
En este artículo, examinaremos el activo circulante en profundidad, describiendo su definición, importancia, clasificaciones y métodos de cálculo.
El activo corriente de una empresa, también conocido como capital circulante, es un término contable que se refiere a los activos que una empresa espera convertir en efectivo o consumir dentro de su ciclo normal de operaciones, el cual generalmente no excede el año. Este conjunto de activos incluye efectivo, cuentas por cobrar, inventarios y otros activos líquidos.
El activo corriente es un indicador clave de la liquidez de una empresa y su capacidad para cumplir con sus obligaciones a corto plazo.
El activo corriente sirve para evaluar la capacidad de una empresa para pagar sus deudas y obligaciones a corto plazo, como salarios, impuestos, cuentas por pagar y otras obligaciones que requieren liquidez.
Un nivel adecuado de activo corriente indica que la empresa dispone de suficiente liquidez para operar sin dificultades. Generalmente, esto ocurre cuando el valor del activo corriente supera al pasivo corriente, lo que se conoce como capital de trabajo o fondo de maniobra.
Por el contrario, cuando el activo corriente es menor que el pasivo corriente, la empresa puede enfrentar dificultades que incluso podrían llevarla a una situación de insolvencia. Por lo tanto, el activo corriente es un indicador de la eficiencia operativa y la gestión financiera de la empresa.
El activo de una empresa se divide en dos conceptos distintos: el activo corriente y el activo no corriente. Mientras que el activo corriente engloba los activos que se espera convertir en efectivo en un plazo de un año, el activo no corriente comprende aquellos activos que se prevé que generen beneficios económicos a largo plazo, como propiedades, maquinaria y patentes.
En resumen, la principal diferencia entre estos dos tipos de activos radica en su liquidez y el plazo en el que se espera que contribuyan al flujo de efectivo de la empresa.
El activo corriente se puede dividir en tres categorías principales, las cuales reflejan diferentes niveles de liquidez y disponibilidad. A continuación, se detallan en orden de liquidez:
El activo corriente se determina sumando todos sus componentes. Matemáticamente:
Activo corriente = activo corriente disponible + activo corriente exigible + activo corriente realizable
También puede calcularse a partir del activo total y el activo no corriente.
Activo corriente = Activo total – activo no corriente
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