Explicamos las circunstancias en las cuales los socios deben asumir responsabilidades
La Sociedad Limitada es una de las estructuras más comunes en España para pequeñas empresas, en gran medida debido a que los socios pueden limitar su responsabilidad al capital que han aportado. Esto implica que, en caso de problemas o deudas, no estarán obligados a responder con su patrimonio personal, sino que será el patrimonio de la empresa el que se vea comprometido.
No obstante, existen situaciones específicas en las cuales el o los administradores deberán asumir responsabilidad personal por haber infringido los requisitos y normativas establecidas por ley, que definen una conducta adecuada dentro de la sociedad.
Ocupar el cargo de administrador de una empresa implica un compromiso significativo. Es crucial recordar que, como administrador, se actúa en representación de la compañía y de sus miembros. En principio, los administradores no son responsables de las deudas o actividades de la sociedad, pero tienen la responsabilidad de supervisar que la empresa opere diligentemente y en cumplimiento de la ley.
Por tanto, es importante tener en cuenta que antes de aceptar el cargo de administrador, se debe estar completamente seguro. Si la empresa tiene deudas debido a circunstancias adversas, los administradores no estarán obligados a responder personalmente, ya que la responsabilidad recaerá en la sociedad. Sin embargo, si se demuestra que las deudas son consecuencia de una mala gestión por parte del administrador o de los socios, se les exigirá responsabilidad. Cualquier perjuicio causado por los socios o acreedores sociales que contravenga la ley o los estatutos será reclamado al administrador.
La Ley de Sociedades de Capital, que establece las responsabilidades de los administradores, establece que deben ejercer sus funciones "con la diligencia de un empresario prudente y el deber de lealtad, estando obligados a mantenerse informados adecuadamente sobre la marcha de la sociedad y cumplir con deberes de fidelidad, lealtad y confidencialidad". Por tanto, entre sus responsabilidades se incluyen todas aquellas acciones necesarias para asegurar el correcto funcionamiento de la sociedad, las cuales se dividen en varios tipos que detallaremos a continuación.
El administrador es responsable de garantizar el cumplimiento de las normativas vigentes en cuanto a las buenas prácticas empresariales. Además, deberá proceder a la disolución de la sociedad en varios escenarios:
Aunque no existen normativas estrictas que regulen esta responsabilidad, el administrador debe emplear el sentido común para discernir entre lo que es admisible y lo que no lo es. No obstante, las situaciones más comunes incluyen:
La Ley General Tributaria establece una serie de obligaciones para los administradores y los hace responsables de la deuda tributaria en los siguientes casos:
Es importante tener en cuenta que el administrador no solo es responsable de sus propias acciones, sino que también puede ser penalizado por omisión ante las acciones de otros. Aquí se destacan varios delitos en los que puede estar implicado, ya sea por acción propia u omisión. Los más comunes son:
Otros delitos pueden incluir estafa, apropiación indebida, violación de los derechos de los trabajadores, entre otros.
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