Vamos a detallar el concepto de distribución de dividendos, el proceso para llevarlo a cabo en tu empresa y los criterios indispensables que deben cumplirse, además de resaltar los aspectos legales que deben ser considerados a lo largo de esta transacción financiera.
Los dividendos representan la porción de las ganancias de una empresa constituida como sociedad que se distribuyen, generalmente de manera anual, entre sus accionistas.
Es decir, constituyen la compensación económica o retorno que reciben los propietarios de las acciones como retribución por haber invertido en la sociedad o empresa.
Los dividendos pueden ser otorgados tanto por grandes sociedades anónimas que cotizan en bolsa como por pequeñas sociedades limitadas con uno o pocos accionistas, que usualmente son empresarios individuales.
Desde un enfoque contable, los dividendos son una fracción de las ganancias que se reservan como un pasivo de la empresa para ser distribuido entre los accionistas.
La cantidad a distribuir se propone a través del órgano directivo de la sociedad (Consejo de Administración o Administrador) y debe ser finalmente aprobada por la Junta de accionistas de la empresa.
Es fundamental entender que poseer acciones de una empresa no garantiza automáticamente la recepción de dividendos.
Por supuesto, en primer lugar, la empresa debe haber acumulado ganancias suficientes según los requisitos legales que abordaremos a continuación.
Luego, será una decisión que la dirección de la empresa deberá plantear y que la Junta de accionistas deberá ratificar.
En ocasiones, pueden existir otras prioridades, como reinvertir las ganancias en el crecimiento o expansión de la empresa.
Cuando se trata del reparto de dividendos en Sociedades Limitadas y Sociedades Anónimas, lo primero que se debe considerar son las fechas clave.
Estas fechas son específicas para cada empresa y deben distinguirse entre:
Una vez que se han establecido las fechas, el pago de dividendos se formaliza al cerrar las cuentas anuales.
En este momento, el Consejo de Administración o los administradores de la sociedad proponen la distribución de dividendos que debe ser aprobada por la Junta General de Accionistas.
Si la empresa está operando con pérdidas o se encuentra en una fase de expansión, es posible que decida reinvertir los beneficios generados en beneficio propio en lugar de distribuirlos entre los accionistas.
En el caso de que se apruebe la distribución de dividendos, se debe calcular la cantidad de dinero destinada a los accionistas dividiéndola por el número total de acciones en circulación. De esta manera, se determina el monto por acción.
Antes de proceder con la distribución de dividendos, las empresas deben cumplir con una serie de requisitos dependiendo de su tipo.
Por ejemplo, al finalizar un ejercicio económico, solo podrán repartirse dividendos si el resultado es positivo.
Para llevar a cabo esta acción, la empresa debe:
Si existen gastos de I+D, el monto de las reservas disponibles debe ser al menos igual al de los gastos en este concepto.
En el caso de que se distribuyan dividendos con cargo a reservas, lo cual puede ocurrir en empresas con años de trayectoria positiva, se deben cumplir los mismos requisitos mencionados anteriormente. Sin embargo, en este caso, los dividendos se reparten utilizando las reservas disponibles de la empresa.
Lo mismo sucede cuando se utiliza el resultado del ejercicio futuro como fuente para el reparto. Además de cumplir con los requisitos anteriores, los administradores y socios de la empresa deben:
En el reparto de dividendos, existen varias opciones que pueden clasificarse de diversas formas. Aquí te presentamos las más comunes:
Una empresa puede generar beneficios y no contar con la liquidez necesaria para distribuir dividendos debido a la obligación de respetar el capital social y las reservas requeridas por ley.
Las empresas pueden repartir dividendos cuando sus ganancias anuales o las reservas acumuladas superan la suma del capital social más las reservas legales (o las especificadas en sus estatutos).
Este límite legal se establece para evitar que se devuelvan aportaciones a los socios antes de cumplir con las obligaciones hacia los acreedores.
Además, no se puede realizar un reparto de dividendos si aún no se han amortizado por completo los gastos de establecimiento, los relacionados con I+D, o si las reservas disponibles no son al menos iguales al monto de los gastos pendientes de amortización.
La retención a cuenta del IRPF establecida por la Agencia Tributaria para los pagos de dividendos es del 19 %.
Los dividendos se consideran rendimientos de capital mobiliario y se agregan a la base imponible del ahorro.
La escala de tributación establecida en la Ley de Presupuestos Generales del Estado para el año 2023 (artículo 63, apartado 3) es la siguiente:
Si tienes dudas sobre el reparto de dividendos, contacta con el equipo de profesionales de Asesorae y te las resolveremos a la mayor brevedad posible.