El modelo de Beranek, a pesar de no gozar de la misma notoriedad que otros enfoques de gestión de tesorería en el ámbito popular, ha adquirido un mayor reconocimiento en el panorama financiero actual. En la actualidad, este modelo se ha consolidado como una herramienta indispensable para analizar, anticipar y administrar las complejidades vinculadas a la liquidez, las inversiones y la gestión del capital en las organizaciones.
En el transcurso de este artículo, examinaremos su definición, su utilidad y la forma en que se implementa este modelo.
El modelo de Beranek se erige como uno de los modelos de gestión de tesorería más trascendentales y relevantes. Recibe su nombre en honor a William Beranek, quien lo introdujo por vez primera en 1963, y se fundamenta en los principios propios de la gestión de inventarios. Su finalidad primordial es la optimización del efectivo en una entidad, enfocándose en la distribución óptima de recursos entre el efectivo y otras inversiones al inicio del período.
En este enfoque, las salidas de efectivo se encuentran bajo un control directo por parte de la organización, mientras que los ingresos se consideran poco controlables. En otras palabras, los flujos de caja netos (calculados restando los ingresos de las salidas de efectivo) son conocidos, pero únicamente en términos de probabilidad.
Es uno de los principales modelos de gestión de tesorería, junto al modelo de Baumol y Tobin, el modelo de Stone y el modelo de Miller-Orr.
En el ámbito de la gestión de tesorería, la aplicación del modelo de Beranek, al igual que sucede con otros modelos de gestión de tesorería, abarca un amplio espectro. En términos generales, su objetivo principal radica en optimizar la administración de la tesorería, buscando maximizar la disponibilidad de efectivo.
Dicho modelo capacita a las empresas para anticipar las tendencias del mercado, evaluar riesgos potenciales y tomar decisiones fundamentadas en cuanto a inversiones y gestión de los recursos financieros de cualquier empresa. Además, se utiliza para desarrollar estrategias de cobertura, mejorar la liquidez y garantizar que las organizaciones mantengan una posición financiera sólida.
El modelo de Beranek tiene varios objetivos clave, entre los que destacan los siguientes:
A pesar de que existen diversas metodologías para calcular el saldo ideal de efectivo, el modelo de Beranek propone una fórmula para establecer el saldo mínimo crítico que maximiza la gestión de los recursos financieros de una empresa.
Siendo:
Fuente: Quipu
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